miércoles, 21 de diciembre de 2011

La mamita


El cielo estaba vestido de fiesta, como cada rincón de este escenario, todos, cada uno de los colores se abrían paso entre las pupilas de los asistentes para danzar en el aire, la tierra, jugar en medio del viento a tal punto que uno no sabe quien guía a quien. Eso era agosto, como si eso fuera poco, solamente agosto.
La vi llegar casi arrastrando sus pies y en la mano un bastón que le servía de apoyo, el rosto curtido por los años, el frio, el calor, la sequia, sus trenzas reflejando a cada paso cada uno de los rayos del sol y su nombre bajando por las montañas como un susurro que se mezclaba con los sonidos de los sikus,para bailar con ella tomándole las manos, para ayudarla a llegar al punto de encuentro de la única manera que puede llegar, con alegría. Un punto de encuentro que estaba fijado desde hace años y nadie recuerda que haya faltado alguna vez.
Sólo diez metros la separaban de ella, de María, sólo diez metros y a cada centímetro, porque así avanzaba ella, de a centímetros, cada una de las miradas que la acompañaba se iban iluminando y se acercaban para abrazarla.
Poco a poco, paso a paso la vi acercarse a ella, tomarle las manos y besarlas.
Aquí estoy, mamita, llegué- dijo mientras buscaba sus ojos. Yo me acerqué silencioso, casi como un ladrón y de hecho, de haber interrumpido esa escena lo hubiera sido, pero no podía perderme esa imagen, esa que conservo todavía como uno de mis tesoros más grandes.
Ahí estaban esas dos mujeres frente a frente, una de barro cocido por el sol, la otra blanca, radiante, una con la boca llena de palabras otra de puro silencio, ambas con los ojos fijos en el cielo.
Ella, la mujer de las trenzas de plata no lloraba, no sé si alguien más lo notó, pero yo vi rodar una lágrima en la mejilla de yeso.
ahí fue cuando volvió la cabeza hacia mí y me dijo –llévala con nosotros hijo.
Y eso hice

El mendigo

3 comentarios:

lililedo dijo...

está hermosisima grillito!!!!

lililedo dijo...

hermosisima grillito!!!!
vamos a tener que publicar un libro creo...

Varillas dijo...

Gran relato, lleno de detalles sublimes.