miércoles, 25 de mayo de 2011

El mendigo


Señoras, señores, niños, niñas, tengan ustedes muy buenos días, buenas tardes y buenas noches.

Permítanme presentarme, soy un pobre mendigo y estoy encabezando una pequeña, aunque necesaria colecta. No se apresuren a meter las manos en sus bolsillos, lo que pido es imposible ser guardado en un lugar tan pequeño. Esta colecta apunta, principalmente a favorecerme a mí, aunque hay muchos otros que también podrán ser favorecidos por su generosidad.

Si la dama, el caballero, la niña o el niño son tan amables de colaborar con este pobre mendigo, les agradecería que aporten con una voz, una simple y sencilla palabra, una de amor, de odio, de venganza, un insulto, un agradecimiento, una mentira, una verdad.

Muchas gracias.

lunes, 23 de mayo de 2011

Viaje a destiempo


El profesor Timoty O’Clock, había descubierto la forma de viajar en el tiempo. Lamentablemente fue a una época en la que él no existe.

El mendigo

martes, 17 de mayo de 2011

La salida


Hace tanto que no salimos…cómo me gustaría volver a salir, estar en con mis amigos, hace tanto que no los veo. ¿Te acordás, de aquellos tiempos?, ya sé que no te querés acordar, pero bueno…extraño, ¿qué querés que haga? Era tan difícil encontrarnos en un lugar cerrado, siempre estábamos bajo el sol o las estrellas, hablando o planificando alguna diablura. Qué lindos momentos, y ahora nada. Sí, ya sé que las cosas han cambiado, más bien, nuestra vida ha cambiado, un vuelco rotundo, diría mi vieja…cómo la extraño a ella también. Lo primero que deberíamos hacer es ir a visitarla ¿no te parece? ¿Hace cuánto que no la vemos? ¡No me mirés así! Ya sé que te molesta…pero tengo derecho a extrañar o ¿no tengo derecho?... ¿Cuándo vamos a ir? Ya sé que ahora no podemos, no digo hoy o mañana pregunté cuándo. Mirá mejor con vos no hablo.
Y el Negro ¿qué será de la vida del Negro? ¿seguirá con la petisa?, era re jodida la enana esa, ¿te acordás como lo gastábamos cuando la enana lo cagaba a pedos delante de todos? Él quería dejarla o eso decía, pero para mí que estaba hasta las bolas, es lo que él necesitaba una mina así que lo controlara, a vos te hubiera venido bien una así, creo que no hubieras hecho tantas cagadas si alguien te hubiera controlado un poco, no digo un sargento pero una que más o menos te domine, que frene, te exija que estés un rato con ella, si no mírate…miranos, aquí encerrados, extrañando todo… ¿no sé por qué extraño tanto?
Después de todo aquí no nos falta nada…bueno, es verdad, sí falta, pero al menos comemos todos los días y por otra parte siempre hay algo que hacer.
Pero quiero salir, a dar una vuelta al menos, pasear un rato, sentarme en una plaza a fumar un cigarrillo, tomar algo no sé…ver gente nueva y la vieja también, saber cómo los ha tratado la vida, en qué andan…qué se yo… esas cosas que hace la gente.
¿Qué me mirás con esa cara? A caso ¿vos no querés salir? Dale se bueno, nos organicemos para salir una de estas noches…te dije que no me mirés así…sabes qué, vos quedate aquí agarrado a esas rejas y te mando una carta desde afuera.
El mendigo

miércoles, 11 de mayo de 2011

Escritor


-Hace ya varios años…
-No mientas…
-Bueno, hace ya varios minutos…he decidido ser escritor
- escribí entonces…
-sí, lo que pasa que para ser escritor no hace falta solamente escribir, también hace falta tener algo de qué escribir
- Escribí un cuento
- eso es! Voy a escribir un cuento
- que cuento vas a escribir?
-ehhh, eso no sé
- uhh, al final, vos querés ser escritor pero no escribís nada
- pero, lo que pasa es que escribir un cuento es como contar una historia.
-y… contala
- sí, la cuento, lo que pasa es que no sé qué historia contar.
- y…contá la de Tito
-¿cuál?
- esa, que se perdió en el río
- haa, esa. ¿vos decís cuando se fue con Pablo?
- No la que se fue con Julio
-cuándo fueron a pescar?
-sí, esa
- ya me acuerdo, que Tito y Pablo se
-Julio, salame, era Julio
-bueno, Tito y Julio se fueron al río ese que está…¿qué río era?
-no sé…deberíamos preguntarle
-sí, no vaya a ser cosa que estemos mintiendo, porque una cosa es querer ser escritor y otra, muy distinta es querer ser mentiroso
- en eso tenés razón
- no entiendo a esos, que con la excusa de querer ser escritores vienen y te cuentan una historia que ni ellos se la creen y lo peor de todo es que hay gente que les cree y anda buscando tesoros, o yendo por el camino largo por miedo a los lobos
- sí, la verdad es que habría que ponerle multa a esos tipos, después uno anda preocupado por cosas que al final son mentiras. Mirala a mi tía Josefa, hace más de 40 años que no prueba una manzana por miedo a que esté envenenada.
-¿tu tía tenía madrastra?
- sí, y era una bruja, no de esas brujas que hacen magia, de las brujas de esas que conocemos nosotros…
-como la Francisca
- sí como esa…te acordás lo que nos hacía
- no me hagas acordar que me pongo verde de pura bronca
- ¿cómo el increíble Hulk?
-sí, como ese…hablando de ese, otra gran mentira…y no sólo ese, el otro también el que volaba
- el superman
-no, bah, ese también, pero yo decía el otro
- igual, no importa, o, mejor dicho no hay que darle importancia, porque si no uno se pasa la vida mirando al cielo esperando que llegue alguien a ayudarlo…y nada
-te acordás lo que sufríamos en la escuela, te juro que yo esperaba que llegara algún día para rescatarnos
- te dije que no hay que darle importancia. Vos no tenés que ser un escritor de esos que escriben historias de mentira
-tenés razón, voy a ser un escritor de historias de verdad
-bueno ahora tenés que escribir
-y…¿qué escribo?
-la historia de Tito, ¿no dijimos?
- ahh, sí…pero no me acuerdo en que río fue
- no importa, después lo llamamos y le agregás el nombre al río
- … … … y… ¿cómo empiezo?
- y como empiezan los cuentos
Había una vez…
El mendigo

jueves, 5 de mayo de 2011

La gota de tinta


Una lágrima negra cayó sobre el papel y desató la más hermosa y terrible tormenta de la historia.

El mendigo

miércoles, 4 de mayo de 2011

El primer recreo de quinto grado


Hoy no es cualquier día, bah… sí, en realidad lo sería para cualquiera de ustedes, no para mí, hoy es el primer día de clases, hoy es mi primer día como alumno de quinto grado, que no es cualquier grado, hoy, en este primer día, voy a pasar definitivamente al otro lado, no sé si se me entiende, hoy voy a estar del lado de los “grandes”, no de los grandes grandes, como mi papá o como las seños, no, de los chicos pero grandes, cualquiera podría decir que eso ya empezó el año pasado cuando estábamos a más de la mitad de la primaria, pero no es tan así, en cuarto uno recién se va adaptando a este universo de no ser de los chiquitos o, como dice la seño directora, los pequeñitos, como si la palabra pequeño necesitara un diminutivo ¿acaso esta mujer no sabe que uno pelea contra eso desde que aprende a caminar? ¿No tendrá hijos que le dijeron no soy chiquito?, calculo que es algo de mujeres, mi mamá también siempre está con eso de “mi bebé” y cosas por el estilo, pero por suerte también están los papás, que si bien siempre nos besuquean y a pesar de ya tener diez años, insisten en darnos la mano para cruzar la calle, por lo menos no nos dicen bebé.
En fin, pareciera que uno espera toda la vida para este momento, el de ser grande, pero para mí tampoco ese es el motivo de esta ansiedad. Debo confesar que casi no he dormido esperando que termine la noche, que dicho sea de paso es más larga de lo que uno supone cuando duerme, de todas formas cuando escuché que mi papá se levantó y se preparó el mate, me tapé hasta la cabeza haciéndome el dormido. No quería que él se diera cuenta de mi ansiedad, porque de seguro sabría que no es por ir otra vez a la escuela que, si bien nunca la pasé mal, prefiero salir a andar en skate o jugar al futbol, aunque en esto último no soy muy bueno, incluso diría que soy mejor estudiante que futbolista.
Lo escuchaba deambular, ir de aquí para allá, yo pensaba que se estaba tardando demasiado y me aterraba la idea de llegar tarde. Insisto, el tiempo pasa mucho más lento en los momentos que uno debería dormir y no lo hace, creo que por eso dormimos, para no aburrirnos, imaginen la cantidad de goles que haríamos en una noche entera, la cantidad de “trucos” en el skate, la cantidad de historias de terror que nos contaríamos, y al final aburridos, hartos de la pelota, los skates y las historias, en pocas palabras, un embole.
Escuché sus pasos acercándose a mi puerta, cerré los ojos con fuerza para no tentarme a espiarlo y me dispuse a esperar un “corazón… ya es hora de levantarse…” que no tardó en llegar, yo no podía distraerme en mi actuación así que cumplí con todos los rituales que exigen el momento como darme vuelta para el otro lado, taparme la cabeza con la almohada y volver a esperar un “vamos…que se hace tarde”.
Me levanté con los pies pesados, como siempre, bah… como siempre en época de clases, durante el verano me levantaba prácticamente corriendo para salir a jugar con los chicos del barrio, pero esta vez, él no podía sospechar nada. También olvidé cepillarme los dientes, como siempre a la espera de un “cepíllate los dientes…” mientras me prepara una leche con chocolate que seguramente no voy a tomar como de costumbre, él lo sabe y yo lo sé, pero es algo que hay que cumplir. Dicho y hecho, todo como lo he planeado hace ya 3 años.
3 años, cómo pasa el tiempo, creo que ha pasado más lento la noche que estos tres años. Parece que fue ayer cuando la vi entrando al grado conmigo, a mí mismo grado, el año anterior ella había ido al jardín con la seño Cristina y yo con la Seño Roxana, así que mucha bola no nos dimos, pero en primero ya éramos compañeros y eso, aunque no lo quieran creer, cambia mucho las cosas, uno la empieza a ver de otra manera, ya no era la nena linda del otro jardín y pasó a convertirse en “mi compañera”.
Lo admito, me enamoré en ese momento y creo que todos se dieron cuenta, incluso ella y lo que es peor, la seño, por eso fue que dijo “no quiero novios aquí…son muy chiquitos todavía…” otra vez la mujeres y su obsesión.
No tuve más remedio que vivir un año junto a ella sin poder decir nada, pero las cosas cambiarían, todo cambia, tarde o temprano las cosas cambian, el año que viene, pensé ya no voy a ser chiquito ni ella chiquita y me va a escuchar. Qué equivocado que estuve, el primer día del segundo me enteré de la verdad, la triste verdad, uno va a ser chiquito hasta los diez años, mierda, dije para adentro, porque otra cosa que no podemos hacer los chicos, chiquitos o pequeñitos, elijan la palabra que les parezca mejor a fin de cuenta es lo mismo, es decir malas palabras. Diez años y yo recién acababa de cumplir siete. Empecé a hacer cálculos, para algo me iba a servir ser bueno en matemáticas, “tengo siete y estoy en segundo, ocho en tercero, nueve en cuarto y por fin diez, en quinto”, en ese momento decidí que tenía que esperar hasta el quinto grado, hasta el primer recreo de quinto grado. Hasta hoy y en dos minutos tocan el timbre.

El mendigo