sábado, 25 de febrero de 2012

ADN


Cuentan que aquel hombre tenía dos piernas, dos brazos y dos ojos, que bajo su pecho latía un corazón fuerte y que por sus venas navegaba un río de sangre.

Cuentan que ese hombre, con sus dos ojos miraba al futuro, con sus brazos abría los caminos que sus piernas transitaban y que con aquel corazón amaba tanto como para desagotar hasta la última gota de sangre.

También cuentan que aquel hombre cayó bajo un vendaval silencios y plomo. Días después alguien escribió su nombre.

Cuentan que ese hombre ha vuelto a nacer, que recorre los mismos caminos aunque con diferentes brazos y piernas, que sus ojos cambiaron de color, que es otro el ritmo de su corazón. Ese mismo hombre va en busca de un vendaval de silencio.

Alguien escribirá su nombre y volverá tal vez con distintas piernas, tal vez con distintos ojos pero el mismo corazón.

El mendigo

jueves, 9 de febrero de 2012

Violencia de géneros


No puedo dominar tantas palabras, tantos párrafos y capítulos. Con un solo vocablo me integro al mundo.

El mendigo