Me he adentrado en el laberinto. Paso a paso he recorrido
todos sus rincones, cada uno de sus calles. He explorado todos los destinos.
Sí, me enfrenté al minotauro y he vencido, sólo para morir abrazando las alas
de Ícaro.
Cuentan que hace mucho tiempo un hombre encontró su zapato. Cuentan
que ese hombre iba vestido de azul, aunque no era un príncipe. Cuentan que la
siguen buscando.